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Todos estamos en relaciones, y estas pueden ser un cielo viviente o un infierno de nuestra propia creación. Hacer que estas tres relaciones más importantes se simplifiquen nos ayudará a vivir en equilibrio y nos preparará para una felicidad real y sostenida que es inquebrantable:
Durante este tiempo, la mayoría de nosotros estamos encontrando que estas relaciones son las que hacen que la vida tenga sentido, ya que todo lo que nos rodea se está reduciendo. Tenemos que volver a priorizar nuestra conexión personal con los tres, consciente o inconscientemente, mientras que el mundo que nos rodea se siente algo inestable. Estamos recalibrando nuestras definiciones de política, salud, trabajo, problemas sociales y economía. Las relaciones, sin embargo, son lo que perdura y tienen la capacidad de mantenernos firmes cuando el barco de la vida se balancea a nuestro alrededor. Pero si estas no son saludables, la vida puede ser increíblemente desestabilizadora y caótica.
TODAS las relaciones comienzan con la que tenemos con nosotros mismos.
La forma en que pensamos y sentimos sobre nosotros mismos dicta la calidad de vida que nos rodea. Saber tranquilizarnos, confiar en nosotros mismos y en nuestra intuición, y disfrutar de nuestra propia compañía es lo que verdaderamente importa. Muchos de nosotros, estamos pensamos que si encontramos a la persona perfecta con quien entablar una relación, finalmente estaremos completos. Noticia de última hora: no hay ningún "mi otra mitad". Dos mitades no forman un todo relacional. Tu mejor mitad no está ahí fuera. ¡ERES TU MISMO!
Establece un punto de amor propio.
Una vez que aprendamos a hablarnos con bondad y compasión, creando un clima interior que sea seguro y de apoyo, inevitablemente atraeremos amigos y amantes e incluso cambiarán nuestras relaciones existentes, ya que todos tendrán que seguir nuestro ejemplo. Cuando nuestro juego de amor propio es fuerte, atraemos a personas que aprecian lo hacemos.
Aprende a amar a los demás de verdad.
Saber cómo amar a los demás sin exigirles que satisfagan nuestras necesidades, o complacer a las personas para garantizar que se queden, es tan importante como saber dónde terminan y dónde comienzan. Debemos mantenernos concentrados en nosotros, en lugar de preocuparnos por la perspectiva que tienen de nosotros o tratar de controlar sus elecciones de vida, estas son formas retorcidas de expresiones de amor, y vale la pena desaprenderlas y soltarlas para siempre. Entonces, el objetivo de amar es permitirles la dignidad de su camino mientras van dirigido al de nosotros, confiando en que todos están haciendo lo que necesitan para su evolución personal.
Desarrolla una conexión con algo más grande que tu.
No tiene que ser una definición tradicional de Dios o Espíritu, aunque también podemos incluir eso. Incluso puede ser la naturaleza, el amor o a un grupo, cualquier cosa más grande que nuestra personalidad o ego, algo que de alguna manera nos llene, expanda y conecte con nuestra propia grandeza. Desarrollar esta conexión y profundizarla a través de formas prácticas como la meditación, la oración, la atención plena, la conciencia del momento presente, los paseos por la naturaleza, etc., son formas de hacerla crecer de manera mensurable. Saber cuál es nuestra definición de algo más grande, mientras nos aseguramos de que siga siendo relevante para quienes somos hoy en día, es vital. Esta espiritualidad intangible crea satisfacción y una paz interior que es omnipresente, incluso cuando la vida nos lanza bolas curvas.
Cuando estas relaciones con nosotros mismos, los demás y algo más grande son satisfactorias, descubrimos que podemos dar un paso hacia nuestro propósito, la abundancia fluye hacia nosotros y la vida es simplemente más significativa.
